“Muchos políticos y partidos se beneficiaron de mi trabajo’’
Por Said BETANZOS, El Mexicano|27 de Abril
La ciudadanía debe exigirle a sus gobernantes: Julián Leyzaola Pérez

TIJUANA.- Julián Leyzaola Pérez sabe que muchos políticos se beneficiaron con su trabajo y hasta algunos partidos políticos.

A cinco años de dejar la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) recibe reconocimientos y felicitaciones, pero “no como de ellos”, expone.

De incursionar de lleno en la política, aseguró, impondría una nueva forma de gobierno, como lo hizo al ser secretario de Seguridad Pública en Tijuana, ase-guró el hoy asesor del Partido Encuentro Social (PES).

A los policías les advirtió que muchos de sus compañeros perdieron la vida contra la delincuencia y sería cobarde regresar a servir a esos grupos delictivos. A la sociedad la exhorta a exigirle a sus gobernantes que cumplan y recordárles que son sus empleados.

Leyzoala Pérez es teniente coronel. Por la aplicación de sus métodos en seguridad se le atribuye la disminución de la delincuencia en Tijuana. En su periodo se logró la captura de los narcotraficantes más peligrosos. También se le acusa de cometer tortura en contra de policías que él acusó de corruptos y coludidos con los cárteles de las drogas.

¿Por qué incursionar en la política como asesor?

Ya tenía tiempo sin una actividad ope-rativa y uno se puede atrofiar. Antes de la consultoría que le doy al PES, busqué otras alternativas, en asuntos empresa-riales, con organismos y sí todo mundo te dice: ¡Qué bueno!, te dan recocimientos y agradecimientos, pero uno, no como de ellos.

Debo alimentar a mi familia. A pesar de que he tenido puestos importantes por el trabajo, no por el cargo en sí, yo siempre he vivido de mi sueldo y sobrevivir un año después ya sin trabajar, pega en la economía, ¡a mí me pega!

Afotunadamente en el PES me invita-ron y estoy trabajando con ellos. Les doy una asesoría en seguridad, pero no en lo operativo, sino en la filosofía. Porque todos los candidatos o quienes quieren un puesto para dirigir los destinos de la sociedad, deben conocer el fundamento de la seguridad, por que es lo primero que se busca, antes que otros objetivos sociales.

Ellos me han dado la oportunidad y me gusta mucho lo que es la capacitación.

Todos vinculan al teniente coronel Julián Leyzaola con el tema operativo. Con balazos y corretizas. ¿Así se le conoció?

Tengo una preparación distinta. Claro que por mi rango militar me ubican en el área de seguridad u operativa. Pero soy administrador y tengo un máster en administración, he trabajado en otras áreas, no exclusivamente en seguridad. Estuve en Planeación y Finanzas y otras alternativas que no conocen del coronel. No son rudas, pero te dan la oportunidad de desarrollarte y superarte en otros ámbitos.

Afortunadamente los acontecimientos me han llevado a donde estoy ahorita, tal vez es bueno por una parte, porque se ha hecho mucho beneficio social, a lo mejor no lo hubiese logrado de ser administrador, tesorero o secretario de Desarrollo.

Por ejemplo el combatir la impunidad, el cinismo de grupos delictivos que en Tijuana se movían como si fueran dueños de la ciudad.

La realidad en esos tiempos, si se les ha olvidado a algunos, ninguna autoridad les oponía algún frente a este tipo de grupos. Recuerdo que mataban a gente en cualquier plaza en cualquier calle, secuestraban y extorsionaban a cualquier hora. Me tocó combatir ese trabajo.

Algunos me preguntan: ¿Por qué lo hice?, ¿Qué si tengo algún encono, resentimiento o si me hicieron algo a mí? La realidad es que no.

La realidad es que ya sea en asuntos de administración o de seguridad, me gusta ser profesional en mi trabajo.

Me gusta hacer las cosas como deben de ser, no me ubico como un secretario de Seguridad Pública que se dedique a calentar el asiento, dar entrevistas o andar en el jet set.

¿Ahorita sólo se ha dedicado a dar

asesorías?

Sí, ese es mi objetivo ahorita y no nada más en Baja California, viajo a Guerrero, Nuevo Leon, Guanajuato, al Distrito Federal, ando en toda la República.

Si de algo puedo hablar, es que la gente que está en el gobierno debería tener la vergüenza suficiente para hacer bien su trabajo, si lo hicieran así, los gobiernos serían distintos.

Insisto, no tengo ningún odio en contra de nadie específico, cumplo con mi trabajo y lo hago bien.

En Tijuana lo vimos como secretario de Seguridad con Jorge Ramos, en un gobierno emanado del PAN. Después se fue a Ciudad Juárez, Chihuahua, con el mismo cargo pero con Héctor Murguía Lardizábal que es del PRI y ahora se le ve con el PES.

Estos cambios, ¿permean en las decisiones políticas de Julián Leyzaola? ¿Ve esas filosofías de partido al momento de trabajar?

No, al final cumplo con mi trabajo. Sí fue en su tiempo con el PAN en el Estado y el Municipio mi trabajo pero no vine a andar en campañas, ni vine a promover votos, vine a cumplir con mi trabajo.

A veces al cumplir con mi trabajo chocaba con la filosofía del partido, pero no era algo que a mí me afectara.

¿Con los resultados de su trabajo ayudó a los partidos poíticos en turno? Por ejemplo, si algo presume el PAN en Baja California y Tijuana es que le entraron al tema de la seguridad pública y sus resultados.

Fue una consecuencia, el único beneficio fue social. Desde luego el gobierno en turno se benefició con esos resultados, pero la realidad es que el beneficio fue a la sociedad.

¿Hay quienes se beneficiaron con el trabajo de Julián Leyzaola al “limpiar” Tijuana de la delincuencia?

Sí, muchos, no uno, varios. Pero es la consecuencia del trabajo. Tuvieron ese beneficio, que lo exploten muy a su ma-nera de ver las cosas.

Yo llego a Ciudad Juárez que es un gobierno priista, pero yo no tengo color a la hora de trabajar, voy con el que necesite mi trabajo.

Llegué con un alcalde muy entrón, con mucha voluntad para acabar con el problema de Juárez. Si no hubiera sido por “Teto” o Ramos, en su momento en Tijuana, todo hubiera quedado en buenas intenciones.

Para hacer el trabajo se necesita vo-luntad política.

¿Tuvo libertad?

No, libertad no. Porque se necesita subordinacion y yo tuve el apoyo total de los dos gobiernos, aquí en Tijuana y en Ciudad Juárez.

Su ex director de Seguridad Pública en Tijuana Gustavo Huerta Martínez y usted están en el mismo trabajo. ¿Es coincidencia o es sólo por trabajo?

Nos dedicamos a trabajar. Él no anda apoyando al PRD, anda asesorando a un candidato del PRD en aspectos de seguridad. Creo va a tener el mismo efecto que yo voy a tener acá, de transmitir el conocimiento al candidato para que pueda hablar de seguridad con conocimiento técnico. Luego lo relacionan con el color del partido, pero la realidad no es tal.

¿Se han encontrado? ¿Han platicado?

Siempre cada vez que vengo a Tijuana. Nunca nos perdemos la oportunidad de echar una comida.

Antes de ingresar a la asesoría, lo comentamos y le dije que todo trabajo mientras sea honesto es un buen trabajo.

¿Hace cuánto que no viene a Tijuana?

Eso mismo me preguntaban esta mañana, pero viajo con regulidaridad a Tijuana. Que no se den cuenta es otra. La realidad es que nuna me he ido de aquí.

¿Cómo se ve Julián Leyzaola en los próximos años?

Más viejo. -Después suelta una sonrisa que se escucha en la esquina del restaurante-.

¿Y en lo laboral?

Quién sabe por que caminos nos lleve la vida. Hay objetivos personales, trabajo para ello. Casi siempre trabajo esquemas planeados. No me gusta andar a la deriva.

¿Un objetivo podría ser buscar una po-sición política?

No estaría mal. Te voy a decir por qué. No por la ambición de ocupar el poder político o ejecutivo. Ya es tiempo de enseñar a los políticos actuales cómo se administra una ciudad, un país, un Estado.

Ellos pierden el rumbo cuando llegan a ocupar un lugar de esos, se desubican que cada gobierno en realidad es una administración.

El que llega a ocupar un puesto debe tener conocimientos de administración porque gobernar es administrar, ellos no entienden, se van con la parte política sin la parte ténica.

Desde luego que sí me gustaría para poner un nuevo estilo de trabajo, como me pasó aquí en Tijuana en Seguridad Pública.

Recuerdo, se les hacía raro ver al se-cretario patrullar de madrugada las dele-

gaciones de La Presa o Cerro Colrado.

Decían: ¿Pero cómo? Los policías sabían que tenían secretario porque lo leían en los periódicos o se enteraban cuándo se iba, pero por los periódicos.

Cuando me tocó llegar a mí, junto con los comandantes, directores y mandos, todos bajaron su trabajo a nivel de campo. Todos anduvimos apoyando a los policías en las difíciles y las buenas. Ese es un estilo diferente.

¿Por qué no ver que esto pudiera pasar en otros ámbitos?

Oiga, Rudolph Giuliani antes de ser alcalde de Nueva York, era el jefe antidrogas. Miguel Ángel Mancera era procurador y ahora es jefe de Gobierno en el Distrito Federal. ¿Es una tendencia por la falta de buenos políticos?

A veces, a los que trabajamos en Seguridad Pública nos acartonan. Pero quién más que conoce las tripas de la ciudad, que conoce a la gente para dirigir los destinos de una ciudad.

Los ejemplos ahí están. A Giuliani le reconocen la recuperación de Nueva York. Mancera ganó bien y ha mantenido un gobierno estable. La Ciudad de México ha cambiado su cara, el am-

biente. Me ha tocado ir y es una ciudad distinta.

Si tu pregunta va encaminada a qué si quiero algo aquí. Tendríamos que pensarlo con mayor detenimiento, haber si se ajusta a los proyectos personales.

¿A casi cinco años de distancia cómo ve Tijuana en el tema de Seguridad Pública? ¿Ha platicado con los empresarios al respecto?

Sí me mantego en contacto con gentes de aquí. Me siento defraudado por lo que está sucediendo en la ciudad, creo que el ímpetu o el empujón que le dimos desde la administración que me tocó servir, va perdiendo la velocidad, el empuje.

La complaciencia o la inactividad de ciertos sectores gubernamentales le abre el espacio, da pie al resurgimiento al aspecto de la violencia.

Me pesa, porque nos costó tanto llegar a lo que teníamos, para que por la negligencia se vuelva a deteriorar.

¿Cuando fue secretario se logró recuperar la confianza ciudadana y del sector empresarial?

Sin la participación de la ciudadanía es muy difícil que se logre ubicar a los delincuentes, combatir de frente a un grupo delictivo.

Necesariamente se requiere la participación del ciudadano. La policía tiene unos 2 mil 500 elementos, son 5 mil ojos tal vez, en Tijuana son 3 millones de ha-bitantes, son 6 millones de ojos que están atentos a todo lo que pueda suceder. Pero se debe ganar la confianza del ciudadano para que denuncie sin temor a una represalia de esa denuncia.

En el tiempo de esa administración, se logró esa simbiosis, esa identificación con la ciudadania.

Cuando estaba acá a todas las personas les daba mi teléfono. Por eso cayó “La Perra”.

El policía que estaba en la pluma y el que andaba en la Zona Este, tenía mi número directo, igual que la población, hasta por los medios de comunicación les daba mi número para que se comunicaran conmigo y que denunciaran.

Así cayeron los grandes capos y nos dimos cuenta de varias situaciones delictivas, porque la gente puso esa confianza, la depositó.

Y si somos honestos, fue la propia ciudadanía la que extirpó su propio cáncer. Nosotros fuimos el instrumento.

¿Ha platicado con los policías, lo han buscado, a lo mejor para pedirle una ase-soría o solo platicar? ¿Por qué para algunos usted es una leyenda?

Los policías son muy leales y saben el trabajo que se hizo. Desde luego que cuando me encuentro a un policía, hasta ahorita ninguno me ha reclamado nada, al contrario, quieren tomarse fotos, platicar o decirme lo que pasa en cada una de sus corporaciones.

A veces no tengo tiempo, no porque sea fanfarrón o engreído, pero ya no tengo el tiempo de antes, por eso debo cortar la comunicación con ellos.

La realidad es que de los policías y en especial de toda la gente de Tijuana, son públicamente agradecimientos los que recibo y tal vez en algunos casos, creo, no es tan merecido.

¿Qué le diría Julián Leyzaola a los que fueron tropa. A los que se la rifaron con él y a los que no creían en él?

A la tropa les diría que fueran pacientes. Yo creo que muchos van a recordar unas palabras que siempre les decía: Constancia, perseverancia y persistencia en sus objetivos personales y profesionales.

Los gobiernos son pasajeros, los jefes somos pasajeros, ellos permanecen en la corporación y la hacen. Cada vez que los inviten, que la ambición los tiente, me gustaría que recordaran a sus espoas, hijos, que pensaran en sus padres y hermanos y vean que no solo comprometen su dignidad sino algo más importante.

Que recuerden que muchos de sus compañeros dejaron su vida aquí y lo que hoy vive Tijuana se logró con la sangre de muchos de ellos. Sería cobarde y traidor involucrarse nuevamente en situaciones difíciles, delincuenciales sin atender al pasado, a la historia.

¿A los tijuanenses qué les dice el teniente coronel?

Que sean exigentes con sus gober-nantes. Que les exigan como a sus em-

pleados, que les recuerden para que están ahí, para proporcionales un ambiente de tranquilidad, paz armonía, donde se genere ese ambiente de desarrollo humano que motive la cultura, las artes, la economía.

Recordarles que no es una dádiva ni un favor el que les infomen y proporcionen seguridad, es una obligación porque para eso les pagamos.

¿Ha visto a Daniel de la Rosa Anaya o Alberto Capella Ibarra?

Perdí el contacto con ellos. Sé que Da-niel continúa en Seguridad Pública, a él lo considero un amigo.

De Alberto, creo que anda fuera del Estado, no le conozco su trayectoria, ni me interesa conocerla.